CROQUETAS CASERAS

Como todo el mundo sabe, las croquetas son algo que gusta a casi todo el mundo. Una croqueta puede ser un plato muy saludable, además de sabrosísimo. Sólo tenemos que vigilar qué ingredientes utilizamos y cómo elaboramos nuestra receta. Gracias a los consejos de María Pimientos de “Directo al paladar” podemos conseguir una croquetas ligeritas… o incluso “light”.

Qué necesitamos:

• 1l. de leche
• 1/2 pechuga de pollo
• 1 trozo de jamón serrano de 125gr.
• 1 vaso de aceite de oliva
• 2 vasos de harina
• 1 pizca de nuez moscada
• sal al gusto
• Para rebozar : harina, huevo y pan rallado.

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Ponemos a hervir la pechuga con la leche. Hemos de limpiar previamente la pechuga y quitar piel, huesos y grasas. Cuando ya está cocida, la retiramos y la escurrimos. En cuanto se haya enfriado, la troceamos en pequeños pedacitos.

Mientras hervimos las pechugas, limpiamos el jamón. Nos aseguramos de quitar grasa y corteza. Lo picamos muy pequeñito.

En una sartén antiadherente, ponemos el aceite y la harina. Utilizamos unas varillas y movemos la mezcla. Dejamos hacer al fuego unos minutos. Vamos añadiendo la leche (que hemos utilizado para cocer el pollo) poco a poco, sin dejar de desliar con las varillas, hasta conseguir la bechamel. Si no nos atrevemos, podemos encontrar en “el super” preparados listos para usar…

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Añadimos sal y nuez moscada a la bechamel. Incorporamos el pollo y el jamón picados y mantenemos al fuego, sin dejar de remover 10m minutos más. Apartamos y dejamos enfriar.

Cuando la masa está fría, moldeamos las croquetas. Para hacer un reparto equitativo, podemos dividir la masa en cuadraditos, como si fuese una cuadrícula con la ayuda de un cuchillo. Podemos moldear las croquetas con dos cucharas o con las manos. La forma la elegimos nosotros: bolitas, alargaditas, cuadraditos, …

Para rebozar ponemos la harina en plato, el huevo batido en otro y un último con el pan rallado. Pasamos la croqueta por la harina, mojamos en el huevo, escurrimos y embadurnamos con pan rallado.

Si hemos preparado muchas croquetas, podemos congelar las que sobren para otra ocasión.

Una vez tomada la decisión, preparamos la freidora e introducimos las croquetas cuando el aceite esté muy caliente. Usando la freidora nos aseguramos de que las croquetas no se rompen y de que conservan su forma original. Las dejamos hasta que estén doraditas. Para quitar el exceso de aceite y que queden más escurridas, ponemos papel de cocina absorbente y las dejamos reposar encima. Sacamos el papel absorbente y listas para comer… ¡Que las disfrutes!

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