De Salmón, Bacalao, Pepino, Berenjena, Setas, Gambas y por supuesto Ternera son algunas de las muchas posibilidades de realizar este plato que de tantos apuros nos puede sacar.
Son las 9, acabamos de llegar del trabajo o de la uni y tenemos invitados a cenar, como la cena se ha organizado sobre la marcha, ni compra ni previsión… Que hacemos!!
Abrimos la nevera o el congelador y tenemos un 80% de probabilidades de poder realizar un plato exquisito, sofisticado y barato… nuestro aliado el Carpaccio!!
Pero… ¿Que es un Carpaccio?
Tan simple como rico, es un plato cubierto de láminas MUY finas de una hortaliza, Carne, Pescado o Marisco en crudo y aliñado con aceite y unas gotas de limón, acompañado por unas virutas de queso Parmigiano (Parmesano para los amigos).
Origen (tirando de Wikipedia):
» Si bien el origen exacto del plato se ignora, es corriente la afirmación de que data de mediados del siglo XX y que procede de la invención de Giuseppe Cipriani1 en el Harry’s Bar de Venecia,2 donde habría sido preparado a pedido de una cliente, Amalia Nani Mocenigo, a quien su médico le había prescrito comer carne cruda. Por su similitud cromática con las obras del pintor Vittore Carpaccio, cuyas obras se caracterizaban por la profusión de rojo y amarillo, habría sido bautizado de ese modo.»
Como preparar un Carpaccio de ternera (todo un clásico):
Reservamos un trozo de solomillo (MUY importante que sea una parte sin nervio ni grasa), le retiramos con un cuchillo todas aquellas pequeños señas de nervio que puedan quedar y lo enrollamos en film para alimentos, bien prieto como si fuera una bobina o canelón. Lo dejamos en el congelador y nos olvidamos de él hasta que deseemos preparar el plato.
Hay que prepararlo casi para sentarse a comer.
Lo sacamos del congelador duro como un pedrusco y con un cortafiambres aunque sea de los baratitos (IMPRESCINIBLE a no ser que tengáis el pulso de Guillermo Tell) cortáis laminas finitas, muy finitas (2-3mm) y las vais colocando en el plato a medida que las cortáis. En espiral empezando por el borde del plato, si el plato es cuadrado… ¡Enhorabuena, os van los retos!
Una vez cubierto el plato de láminas de solomillo de ternera, notareis que en seguida empieza a descongelarse, lo aderezáis con un chorrito de aceite de oliva (del bueno si es posible, nada de aceite de todo a 100%), cortais un limón y «apretujandolo» echaremos una gotas por encima al gusto, finalmente con un pelador de patatas sacáis unas virutas de Parmigiano u otro queso seco y a cubrir la carne con él.
Para finalizar lo sazonáis con cristales de sal, sal gorda o flores de sal y una hojas de albahaca si tenéis.
¡Ah! ¡Acompañadlo con unas tostaditas y mantequilla!
Si les tenéis cariño a los terneritos, tan monos ellos y tenéis otras preferencias culinarias o simplemente cuando se abre la nevera o el congelador no aparece por ninguna parte el solomillo de ternera, podéis optar por muchas otras alternativas.
Pero eso señores… lo explicaré mañana!!